Uno de los usos más amplios de los equipos vibratorios y, por tanto, de los motovibradores, son los llamados tamborileros vibratorios. Los cubos semicirculares, cargados con virutas abrasivas en forma de conos o palos, a veces pedernales, en movimiento continuo provocado por las vibraciones, permiten el rectificado superficial de piezas metálicas (hebillas, cubiertos, piezas de motor, etc.) sin interferencia humana y el posterior pulido (mediante la inmersión en un baño de bolas de acero, también en movimiento vibratorio).
Los productos metálicos pulidos también pueden ser secados por el mismo proceso al ser sumergidos en un molino de mazorcas de maíz, e irradiados por lámparas infrarrojas. Todos los bombos pueden ser equipados con vibradores de motor Vimot®. Son indiscutiblemente más sencillos en cuanto a su uso y mantenimiento que los complejos sistemas excéntricos con rodamientos incorporados en la estufa.